viernes, 31 de agosto de 2012

Adacadabra...




 ¿Qué quien soy? problabemente nadie, con ningún
Nombre interesante ni historias que contar
Talvez ni siquiera tenga nada para mostrarte, nada que
Ofrecerte a cambio de que me mires y de que me encuentres,
Aunque estoy bien, perfectamente. Escondida bajo un halo de sol,
Entre el soplo de alguna nube, cantando o muriendo, quien sabe.
Pero te aseguro que no valgo la pena, ¿Como decirte? soy como cuando
soplas la brisa, gritas un abrete o un cierrate cesamo, y después no pasa nada
Porque no existe la magia, de eso te das cuenta. Como cuando juras en vano,
Como cuando duermes sin soñar, solo te suspendiste, solo eso y ya.
Lo único que se con certeza es que increiblemente la gente se desvanece, te deja
un suspiro, una diminuta mirada, entonces se desaparecen como cuando:
Cierra los ojos, ahora no me ves, abrelos, ahora si, se supone, pero no, yo ya no estoy.

lunes, 6 de agosto de 2012

Duerme, ella duerme



 Solo la gana de despertarla me desconcierta, y me quiero reír, si
hay que reír porque esta  cuidad de mierda no va a cambiar; las montañas
Serán cada vez más altas, más inalcanzables y nos cubrirá el cielo el humo
De nuestras voces, bajo la lluvia, los murmullos, los cabellos empapados,
La gente mojada, todo esto apagándose entre la oscuridad, hasta quedar
Sin nada, solo una ausencia terrible como cicatriz invisible sobre el cuerpo,
 Ya me canso. Ella se queda dormida sobre mi almohada y le miro los ojos 
Ligeramente cerrados, el alma que se le adormece, que se le rinde adentro 
Como si de pronto fuera a morir de sueño, a morir por siempre dejándome 
Completamente solo: Una cucaracha en el rincón, ahora soy una cucaracha 
Metida en el rincón. Al principio las cucarachas eran pequeñas, y escurridizas
Venían cada vez que iba a llover, pero ya se han quedado a vivir conmigo, 
Ahora ellas me susurran cosas desde debajo de la cama, condenadas cucarachas...
 Ella suspira un poco, parece que se va a voltear, yo solo quiero que despierte y que 
Me mire con sus sonrisas idiotas que tanto me encantan. Yo que hago si se va. 
         Le acaricio la espalda, un dedo en el cauce de su espina dorsal, quisiera atravesarla...
Un vistazo a la ventana, afuera sobre una rama no hay nada, solo nubes, nubes.... 
    La noche parece derrumbarse sobre el tejado, herida por un suspiro de los de ella, 
Me cae encima para desplomarme sobre sus pechos recién nacidos. Le busco el corazón
 Vamos niña, despierta. Una cucaracha le sale por la boca abierta.