martes, 22 de mayo de 2012

Se me fue.







Pero Georgia ya no está en casa, ni su abrigo rojo tampoco, 
Se ha ido. Y no dejó ni siquiera una nota con su número telefonico. 
 ¿Donde la encuentro, ahora, donde la encuentro?
Busco la luz de sol abriendo la ventana para ver si veo su cabello negro
En la acera o cruzando la calle ancha, pero no, Georgia se ha ido por completo. 
Miro mi reflejo en el espejo, me veo un poco agotado apesar de que acabo de 
Despertar, no hay nada distinto en ese hombre sin barba y sin camiseta 
Soy siempre el mismo, el mismo de ayer y de antes de ayer, el mismo loco borracho
Que busca por Georgia, el mismo hombre bueno con un buen corazón que al fin piensa
 En dejarla ir, pero esa es una idea descabellada que no me gusta delinear ni con el dedo
De la demencia, porque Georgia es mi mujer, mi mujer ida. 
  En el baño me tomo una píldora para la jaqueca, pero no tengo ningún dolor de cabeza, esa esa la excusa que trato de creerme para ingerir algo que me calme la incertumbre, y que me llene los agujeros del corazón. Permanezco un momento entre las sombras dándome un sorbo de la botella de Jack que he dejado tirada en un rincón, y en el rincón las bragas de Georgia flotan sobre el suelo como un acertijo mágico que me dibujará su fantasma esbelto en la pared. 
 por un momento acaricio la idea de tomarlas entre la mano para sentir que la sostengo
 Que la toco una vez más como tantas otras, como lo hize anoche, pero razono encendiendo un cigarrillo que Georgia ya se ha ido y sin sus bragas pastel. 
   El aire acondicionado me enfria los pies, mientras alguien toca a la puerta después de que me tomo Un café sin azúcar, es la vecina de enfrente para preguntarme si estoy bien, pero realmente le interesa saber Si aun sigue aquí la puta con quien llegué anoche. - las putas son la mugre de la sociedad - suele decir, pero la  Verdad es que las putas son un poco de pureza vacía, Eso es, las putas son el mito de la sociedad porque en ellas
Hay un poco de pureza vacía, como la que nadie más tiene, solo las putas saben valorar un buen momento, un buen
Amor aunque sea de mentira, porque solo a ellas se les trata como mugre de la sociedad. Las putas son puras en su 
Sentido de que todos las roban pero ellas no pueden robar. Oh Georgia ¿Con quien estarás? 
La recuerdo Dormida en mi hombro, dormida en su sueño sin fin. 


 La recuerdo recostada de mi hombro, dormida, tal vez. De su cuerpo desnudo se desplega un brazo que Sale del colchón, lo reconozco, esa mano que oxcila lentamente en el aire me ha dado lo que pudo.Georgia duerme con piernas esbeltas a mi lado, exhalando suspiros ligeros muy parecidos a los de la  Muerte, pero no muere, ella corretea en la linea curva de su sueño sin fin, me dice que siempre sueña con lo mismo, 
 Que con sueña siempre mismo, que con mismo sueña siempre, y que con siempre sueña lo mismo.Como en un círculo.
  Georgia es  Una niña triste que duerme en mi hombro sudado, con mil historias que inventar para cubrirse la identidad que tanto  La atosiga, pero no se decir por qué ella me ha dado su sexo prestado, por hoy, por esta tarde Caliente que derrite a cualquiera. Georgia se derrama con su terneza de niña experta sobre mi almohada, se lleva
 Un dedo a los labios pintados de rojo, se desliza con delicadeza hacia el placer que le brindan mis besos,  Y arquea la espalda para no gritar muy fuerte, Georgia es prudente, misteriosa, con un alma dura que no se toca. Al menos yo no he podido hacerlo, ni aun cuándo duerme.Georgia Me presta su sexo húmedo mientras se desgreña la cabellera negra, me la tira encima, y se corta el corazón con cada uno de mis espamos, Oh Georgia me presta su sexo, dormida en mi brazo, exhalando tierno, esa mujer olvidada muchas veces, marcada por el tiempo y desaparecida por el placer descomunal que está acostumbrada a brindar con esa mano blanca que cuelga al aire.Le teme al sielncio, por eso susurra que la mato, pero no es verdad. Oh Georgia dormida en mi brazo, tan pura y tan vacía, acurrucada en mi presencia porque la soledad que hay afuera es irremediable. 
Y su cuerpo delgado respira el temor de este encuentro finito que en cualquier momento se va a terminar.
Me da vergüenza, no su desnudéz exquisita reflejada en el espejo y contorneada por la luz de sol que entra através de laVentana con cortina azúl, sino que los dos huímos  de nuestras vidas separadas por una lineaVacía, porque no nos conocemos, ni nunca antes nos hemos visto, pero aquí acompañado por ella y rozado por El peligro invisible de lo desconocido, de perderla en cuanto despertemos, simulo recordar cosas que todavia no han pasado, como si adivinara, como si quisiera creer que nuestra solitaria condición de 
Extraños en una misma cama pronto va a cambiar.

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